He plantado la semilla, la he dejado tapada, y ahora solo le tengo que permitir SER.
La oscuridad le permitirá hacerse fuerte en silencio, en pura introspección y de su interior darán lugar pequeñas y finas raíces. Raíces que con el tiempo y el amor necesario se convertirán en anclas que unirán la vida con la tierra.
Y así, de la misma forma que lo hace una pequeña semilla enterrada en la tierra, lo hace mi ser, mi semilla escondida en mis entrañas.
Solo necesita permitirse ser, pero antes de eso, ha necesitado ser sembrada en tierra fértil, libre de malas hiervas que sin duda solo harán que impedir su libre crecimiento.
Y así, de la misma forma en que necesita tierra libre y fértil, necesito yo liberar espacio dentro de mí, de malas hierbas, de mis creencias limitantes. Solamente ahí, en un lugar libre de impurezas puede brotar la esencia libre, la que no viene de creencias, tendencias ni limitaciones.
Tierra fértil, oscuridad y tiempo… esto dará lugar al renacer…
Y así, cuando soy capaz de entender lo que todo esto significa y lo que implica sanar para ser la mejor tierra fértil donde plantar la nueva semilla me viene el sentir denso de que, después de 36 años alimentando la vida de un árbol robusto, sujeto de forma estable a la tierra… después de cientos de días llenos de creencias impuestas y vagas conversaciones contradictorias mente/alma, miles de horas de máscaras, normas, metas, expectativas, exigencias…. Después de tanto tiempo disfrazando de valores mis creencias limitantes….. me dispongo osada de mi a pretender que todo esto que ahora defiende a capa y espada mi ego, se marche de mí y me deje espacio para crear nuevas formas de entender la vida que nazcan de mí y no de lo que me ha sido implantado a lo largo de mi vida por religión, sociedad, trabajos, familias, parejas y demás agentes externos.
A lo largo de mi vida he compartido camino con maestros de vida, seleccionados especialmente para mí, para crecer y evolucionar… pero no es tan fácil de ver cuando tienes 15 años y se te rompe el corazón por primera vez, no es tan fácil cuando una etapa profesional finaliza de forma inesperada o un amigo se va cuando no toca y como no toca… Estos maestros son vistos al tiempo, cuando aquello que dolía ha dejado de hacerlo y eres capaz de tener paz con todo aquello que pasó.
Nunca he estado más orgullosa de la cantidad de veces que me he equivocado que ahora… creo que no me queda un aspecto en mi vida por tocar y equivocarme…
pero el tiempo se ha afanado en demostrarme que, de no haber cometido todos y cada uno de los errores que he cometido, no estaría donde estoy, que va mucho más allá de una posición social, profesional, afectiva y personal… estoy en el camino del despertar, en el que no se concibe el dolor y sufrimiento como norma, donde el amor lo quiere llenar todo y la única forma en la que podré ser feliz es en paz, estoy en el camino en el que lo más importante soy yo.
De nuevo osada de mí pretendí emprender este camino de forma autodidacta y llenar mi vida de slogan de grandes maestros… frases directas que no pasan de eso y de rellenar cientos de miles de muros de redes sociales si no se integran.
- Si tú cambias, todo cambia
- Y llegará un día en que no podremos más, y entonces lo podremos todo
- No podemos dar a los demás lo que antes no nos hemos dado a nosotros mismos
- Si caminas solo llegaras pronto, si caminas acompañado llegaras lejos
- Llena tu vida de valores que den valor
Un libro tras otro, una ponencia tras otra, podcast, artículos y entrevistas… la red está llena de todo tipo de información que puede ayudarte en tu camino del despertar.
Despertar, trascender, sanar… he de reconocer que hasta no hace mucho estas palabras me generaban cierto rechazo… hoy puedo ver que no me sorprende esa fricción… no es fácil mirar dentro… hay mucha incomodidad y mucho miedo ahí dentro… hay demasiado dolor, traumas y demás mierdecitas varias acumuladas, muchas veces ni siquiera somos capaces de saber que las tenemos. Nos da miedo incluso asumir que una vez es trascendido el miedo y el dolor, ese lugar dentro de nosotros deja ver esa paz que llaman casa y que es la felicidad plena, la que nada externo puede darte, la que está dentro de ti .
Cuando había almacenado una ingente cantidad de herramientas en mi cabeza, y tras comprobar que estaba como un pato en un garaje sin saber por dónde moverme… decidí aprovechar que el universo me había puesto a un maestro delante, llevaba ahí varios meses, pero por alguna razón me afane en postergar nuestra charla para “arreglar tus cosillas” como el las llamaba.
- Hemos levantado las faldas a mi árbol familiar”- Esta frase podría resumir las tres horas que duró esa primera “reunión/sesión”
La primera vez que escuche las palabras Bioneuroemoción y biodescodificación me vino vinculada a varios nombres, uno de ellos el de Jandro Calzas. Cabe decir que me sonaron a conceptos absolutamente fuera de mi entendimiento racional. Estas cosas eras para “hiervas muy Pro” y yo, no estaba dentro de ese círculo, al que para aquel entonces nombraba como algo lejano.
Resultaba que había un “alguien especial” suelto en nuestra sociedad que era capaz de ayudar a sanar viejas heridas y que además tenía la capacidad de orientarte cuando tenías alguna dolencia, y así, que te doliera una rodilla no era solo eso, era el reflejo de algo mucho más esencial y profundo.
Ese “alguien especial” tenía una larga agenda cerrada de sesiones,
charlas varias y grupos de whatsapp que lideraba con gran destreza a pesar de la cantidad de participantes que cada uno albergaba.
Jandro, era ese alguien que aceptó mi invitación a participar en mi Congreso Virtual, para mi sorpresa. Y digo esto porque lo tenía como alguien a otro nivel y poco accesible.
Participó y fue una de las charlas más vistas y con mayor éxito de las casi 40 que contenía el evento.
No fue casual que acabase siendo mi “acompañante en este camino de sanación y despertar”, antes había intentado sin éxito emprender el mismo camino de la mano de otra compañera, pero que, llegado un momento clave en el proceso que posteriormente viviría también de la mano de Jandro, decidí abandonar.
Mi ego no pudo con el no saber, con el perder el control sobre lo que estaba pasando en mi vida, mi ego decidió culpar lo de fuera por no aceptar lo que pasaba dentro.
- Necesitas descansar, no intentes entender nada, solo déjate sentir, no es momento de tomar decisiones, te esperan 15 días en los que tienes que intentar estar el mayor del tiempo tranquila y mirando dentro de ti, solo eso, sentir, sin pensar ni buscar respuestas a nada… - Así de sencillo lo describía Jandro.
Al menos parecer si parecía fácil… pero no lo fue… tras dos días de una paz absoluta vinieron las dudas, el querer controlar y no poder, vinieron los juicios, los miedos, el rechazo y la falta de aceptación… yo solo tenía que dejarme SER, pero no me lo estaba permitiendo, quería respuestas…
- Lo que estas queriendo defender no es lo que quieres de verdad-
- Si quieres saber qué es lo que realmente te pasa, mira dentro de ti y lo sabrás-
- Estas queriendo solucionar un conflicto en medio del conflicto-
- Deja de mirar fuera, esto no tiene nada que ver con lo de fuera, tiene que ver contigo-
- Ahora no es momento de tomar decisiones-
- No tienes nada que entender, solo siente…-
Las frases de mi despertar… Llegaron las crisis existenciales y las pataletas cual niña a la que se le niega un caramelo, y ahí estaba el maestro con toda la templanza que se puede tener escribiéndome frases como estas.
Las leía en voz baja, en voz alta y hasta las imprimí en varios folios para pegarlas en las paredes de mi casa….
No estaba respondiéndome a nada de lo que le estaba preguntando, pero me estaba dando todas las respuestas…
Dios, universo, destino… lo que sea… alguien puso en mi camino un maestro que me ayudó a despertar adelantándome todo lo que sentiría, pensaría y lo que pasaría. El maestro acertó en la fecha exacta en que tendría mi mayor crisis y me adelantó que llegado un momento le odiaría a él y cuestionaría su método de trabajo dándolo por inservible en mi vida… así fue… El mismo dios, universo, destino… puso un compañero de guerra con el que poder quemar mi ego y toda la rabia que sentí en el infierno más absoluto y dar luz a las mejores reflexiones que he tenido en mi vida, que acompañaron los estados de lucidez y de paz más enormes que he vivido nunca. No voy a quitar mérito a mi fuerza y capacidad para enfrentar retos difíciles como el que he estado viviendo, pero soy muy consciente de que contar con un ángel que en todo momento me mostró respeto, empatía, acompañamiento y amor absoluto a mi momento de caos, ha hecho de este proceso un camino mas llevadero.
Recuerdo que hace unos días Jaime me leía una gran frase que le supuso el salvavidas para mantenerse a flote cuando tenía que sostener mi momento. Era una frase en la que de forma breve Jandro le hacía conocedor de que yo estaba en el momento en el que tenía que estar y que sencillamente todo pasaría.
Y paso… y empecé a ver los beneficios de enfrentar mis miedos. Ahora ya no tengo miedo a lo que me hizo llamar a Jandro. Ahora ese espacio que se ha quedado libre he de rellenarlo de nuevas líneas , actitudes y valores lógicos basados en mi propia experiencia, patrones creados por mí y no arrastrados de una infancia, una educación y una sociedad con la que no estoy girando en mi interior y de la que quiero salir.
-Ahora has terminado la “cuarentena” más dura de tu proceso sanación y de despertar, no vuelvas atrás, todavía está todo muy fresco. Ahora, desde esa calma, piensa en tu miedo, ya no tanto sintiéndolo, sino analizando lo que ha supuesto en tu vida, y trata de empezar a esbozar una nueva conducta. Ahora que ya no tienes ese apego de la emoción, puedes redefinir lo que tú quieras.
-Ahora empieza el verdadero trabajo, el del resto de tu vida y al principio aplicar nuevos patrones te costará esfuerzo y pasados unos meses te descubrirás dando lo mejor de ti a los demás porque antes has sabido dártelo a ti misma. El amor que das a los demás es el amor que te has sabido dar a ti misma.
Y así, con estas palabras del maestro y acompañándome de sus visualizaciones cada vez que me noto perdida me dispongo a seguir con este proceso de crecimiento y despertar, que solo acaba de empezar.